
¿Hace cuánto te iniciaste en
fotografía de naturaleza y cómo fueron tus comienzos?
Desde chiquito siempre me gustaron las aves, y comencé disfrutándolas en jaulas; luego me di cuenta que había muchísimas más especies y que era más lindo verlas en el campo.
En el 2006 comencé, primero a observarlas, y después a fotografiarlas.
¿En tus inicios, qué cámara
usabas y cuál usas ahora?
Comencé con un largavista haciendo solo avistajes, después me compré una Sony H5, pero no era rápida; de todas maneras la usé un largo período. Tiempo después me compré una Nikon con un 70-300 mm, pero con esa cámara no lograba las fotos que quería o veía en ciertas páginas.
Más tarde, me pasé a una Canon 7D con un 300 fijo f/4, que fue el equipo que más disfruté, y con el cual hice más fotos. Después compré un 200-400 mm, y cambie la 7D por una 7d Mark II. Y estoy feliz con este equipo, con la limitante del peso; aunque antes hacía muchas caminatas y, ahora opto más por el uso del hide.

¿Quién o quiénes influyeron en los primeros años?
En realidad los primeros que descubro y que me gustan las fotos que hacen son Mariano Fernández, Manuco Mercante, Dany Bathaver, Nino Grangetto… ese es el estilo de fotos que a mí me gustaba.
Hoy en día, no soy de seguir mucho a un fotógrafo en particular, miro más en general.
¿Qué tipo de fotografía te gusta?
Siempre digo que me gusta la “foto de libro”, que es donde se resalta la belleza del ave: posadas en una rama donde lucen todo su esplendor.
No busco tanto la foto de acción… si se da, ¡bienvenido sea!; pero si un bicho se posa delante de la cámara haciendo una postura típica, y veo que puedo captar todo su encanto, para mí la foto es perfecta.

¿Qué espacio ocupa la
composición en tu trabajo?
Siempre digo que hay 3 cosas claves para mis fotografías: el punto de vista (a la misma altura del ave), el fondo (limpio y alejado) y la luz. Cuando logro tener esas tres cosas, sé que la foto va a salir bien.
Cuando uno arranca, centra su atención en el ave; no mira lo que hay alrededor, y cuando miras el resultado en la computadora descubrís que hay una rama que molesta, o que la luz no era buena…
Ahora cuando veo un ave, lo primero que hago es mirar todo el entorno, presintiendo como va quedar cuando presione el disparador. Muchas veces lo tengo a tiro, pero no hago la foto porque el bicho por ahí está bien, pero descubro que, por ejemplo, atrás hay una piedra blanca que va a arruinar la toma, entonces directamente no disparo.
¿Cuál fue el viaje que
realmente ayudó a
desarrollar tu pasión?
Cuando voy de viaje, siempre me gusta traerme un recuerdo. La fotografía me permitió poder traerme a casa infinidad de aves.
Un lugar que me volvió loco, cuando lo conocí, es Iberá. Para mí los Esteros es un lugar increíble al que regresé unas 10 veces.
Una de las zonas que me gusta y que está cerca de donde vivo, son las lagunas pampeanas, donde puedo hacer hidrohide.
Fuera de Argentina, Pantanal es increíble; todo lo que ves en un documental, viajas y allá lo ves… no falla. Te brinda una cantidad impresionante de oportunidades fotográficas.
Otro lugar que me gustó mucho, y que está muy diseñado para los fotógrafos, es Costa Rica donde hay muchos posaderos, muchos hides, y las aves son muy mansas.
Todos esos viajes fueron alimentando esta pasión que es la fotografía. Siempre digo que uno va coleccionando figuritas y vas pensando “quiero este pájaro, voy a ir a tal lado… para este otro, voy a este otro lado”.

¿Qué parte de tu equipo no
fotográfico nunca olvidas cuando salís de viaje?
Los largavistas nunca faltan, ya que me ayudan a ver lo que se encuentra más lejos para luego estudiar la manera de acercarme.
¿Sos de los que piensan
previamente la foto que
quiere lograr, o dejás que
la naturaleza te sorprenda
en cada salida?
No soy mucho de pensar la foto. Obvio que uno sueña con “me gustaría sacar la foto de esta manera” y a veces se te da; pero me gusta salir, esconderme, esperar que los bichos lleguen… y que la naturaleza me sorprenda.
Claro que conociendo una especie y sus costumbres, eso ayuda mucho a lograr una buena foto, porque ya sabes que puede llegar a hacer, de qué forma puede actuar; esos conocimientos te los dan los muchos años de observación.

¿Cómo manejas tu flujo de
trabajo en la edición?
Suelo hacer backup en mis discos externos los cuales tengo organizados; y para editar hago unos pocos retoques en Camera Raw y después en Photoshop lo básico: enfoque, contraste, iluminaciones, sombras… pero nada exagerado.
Siempre trato de buscar el resultado más natural posible. Me gusta la naturaleza pura.
¿Cuál es tu lugar en el mundo para realizar fotografías?
Creo que Iberá y el Pantanal. Ambos lugares son parecidos, y lo que tienen, a diferencia de Costa Rica, es que salís a la naturaleza y los animales se presentan y te dan unas oportunidades maravillosas.
Costa Rica es increíble pero está muy armado, y todos terminamos teniendo la misma foto del mismo tucán parado en la misma rama. En cambio, en Iberá y Pantanal, cada uno tiene una foto completamente diferente.

A tu parecer, ¿qué hace que una fotografía sobresalga del resto?
Creo que primero que tenga una muy buena calidad. Por lo demás, no soy muy exigente, para mí que tenga buena iluminación, un buen fondo, un lindo posadero… alcanza.
¿Cuáles son los elementos que más te interesan al elegir un destino para ir a fotografiar?
En realidad lo que más me interesa son los lugares donde se puedan hacer buenas fotos, si hay posaderos, y más si es en la selva; pero básicamente que estén preparado para fotografos.

¿Qué se necesita para dedicarse a esta rama de la fotografía?
Necesitás que te guste, tener tiempo, algo de plata y un equipo de mediana calidad para arrancar y así después poder seguir creciendo.
¿Cuál es el proyecto personal más importante que
desarrollaste hasta el día
de la fecha?
No creo que haya uno que sea el más importante. Con todas las fotografías que hice, participé de muchos libros, pero ninguno es más importante que otro.
Colaboré con un montón de fotos que me gratifica por el hecho que lo que uno hace sirve para concientizar y aportar un granito de arena para la conservación de esas especies.

¿Si sólo pudieras tomar una cámara y un lente para salir al campo, cuál sería?
La 7D Mark II y el 200-400 mm aunque sea un poquito pesado. Es el combo justo, tengo zoom, tengo buena calidad, tengo distancia… asique para mi ese es mi equipo ideal.
¿Cuál es el tema que ahora
conoces y que lamentas no haber sabido cuando comenzaste?
Cuando arranqué a hacer fotografía, salía mucho caminando y persiguiendo a los pajaritos como loco. Después aprendí que lográs muchos mejores resultados escondiéndote y esperándolos. Por mi zona había muchas aves… pero no sabía cómo esconderme y me perdí un montón de fotos.
Cuando conocí y aprendí a usar el hidrohide, las fotos cambiaron un 100%. Lamentablemente, muchas de esas lagunas que había por mi zona, se canalizaron y ya no están más.




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