
¿Hace cuánto te iniciaste en fotografía de naturaleza y cómo fueron tus comienzos?
Comencé hace aproximadamente 12 años. Siempre me gustó la fotografía y, hasta ese momento, fotografiaba con una cámara compacta todo lo que cualquier persona fotografía: familiares, viajes; pero siempre buscando la composición, mi propia mirada.
Desde muy chica me interesé por la naturaleza y tuve la suerte de poder estar en contacto con ella durante toda mi vida.
Influenciada por mi abuelo paterno, que era un apasionado de las aves, comencé con la observación; pero fue recién después de mis 35 años, que comencé a fotografiarlas para compartir con otros las observaciones que hacía.
¿En tus inicios, qué cámara
usabas y cuál usas ahora?
Mis primeras fotografías las hice con una Sony semi réflex. Al poco tiempo adquirí una Nikon D90 con un lente 18-105 y, durante un año, hice fotos con ese equipo hasta que pude comprarme un lente 80-400. Ese equipo me acompañó durante 3 años.
Actualmente utilizo una Canon 1Dx.

¿Quién o quiénes influyeron en los primeros años?
Si tengo que nombrar a alguien que me haya insistido para que comience a fotografiar aves, esa persona fue mi hermana, Virginia. Fue ella quien, sabiendo mi pasión por la naturaleza, un día me llamó para que viera en internet, un sitio donde fotógrafos del país subían sus fotos. Y viendo esas fotografías fue que me inspiré para tratar de retratar aves de la manera en que lo hacían ellos.
Una vez que me animé a introducirme en la fotografía de aves, fueron muchos los fotógrafos que me ayudaron, compartiendo generosamente sus conocimientos. Pablo Mosto, Manuco Mercante, Mario Camardella, fueron algunos de ellos y a quienes estoy enormemente agradecida.
¿Cuáles son los fotógrafos que te inspiran?
Hay muchos artistas que me inspiran: Jonathan Lhoir, Bastien Riu, que tiene una mirada exquisita, Mario Suarez Porras.
Y de nuestro país, me fascina el manejo de la iluminación que logra en sus fotos Nicolás Pérez.
Las fotografías de alta velocidad de Daniel Bathaver; la mirada artística de Darío Podestá y Adriana Sanz.
Pero creo que la inspiración surge de la observación de muchas cosas. Viendo el trabajo artístico de otras personas, de la lectura, de la naturaleza misma.
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¿Qué espacio ocupa la
composición en tu trabajo?
Cuando comencé, mi objetivo era estar lo más cerca posible del sujeto y que éste ocupara la mayor parte del fotograma.
Con el paso del tiempo, me empezó a resultar más interesante, incluir otros elementos, expandir la mirada y tratar de que el sujeto sea una parte fundamental de la composición, pero no lo único.
En este momento, intento que la composición sea lo más importante en mi trabajo. Mi objetivo principal, actualmente, es lograr una mirada estética del sujeto fotografiado.
¿Con qué tipo de fotografía te identificas más?
La fotografía de aves es, sin dudas, con la que más me identifico; y dentro de esa temática, con la mirada artística. No es fácil para mi llegar a eso, ya que soy bastante estructurada, y si hay algo -a mi entender- que es fundamental para lograr este tipo de fotografías, es la ausencia de estructuras. Estoy intentando hacer ese camino.

¿Cuál fue el viaje que realmente ayudó a desarrollar tu pasión?
El viaje al Pantanal, Brasil, fue sin dudas el que me convenció de que la fotografía de naturaleza era mi verdadera pasión.
En ese lugar, la naturaleza es tan exuberante, que te deja sin palabras. No podés dejar de fotografiar ni un segundo.
¿Qué parte de su equipo NO fotográfico nunca olvidas cuando salís de viaje?
Si hay algo que no puedo olvidarme es algún antiinflamatorio. Después de muchas horas caminando cargando cámara y lentes, los dolores musculares son tremendos.

¿Sos de quienes piensan
previamente la foto que quieren lograr, o dejás que la naturaleza te sorprenda en cada salida?
Depende de la situación. Si hago fotos en un lugar que no he conocido previamente, dejo que la naturaleza me sorprenda.
Si, en cambio, hago fotos en comederos, o en lugares a los que voy con frecuencia y ya conozco con qué especies me voy a encontrar, cómo va a dar la luz, etc., entonces puedo planificar previamente la foto que quiero hacer.
No obstante, hablamos de naturaleza, y como tal, es imprevisible. Así que la mayoría de las veces, ella nos sorprende.
¿Cómo manejas tu flujo
de trabajo?
Mi objetivo principal, y lo que más disfruto, es salir a hacer fotos. No soy de planificar mucho, a excepción de un viaje. Pero en el día a día, o los fines de semana, salgo a lugares cercanos o hago fotos en comederos en el jardín de casa, y lo decido el día anterior o el mismo día dependiendo de las condiciones climáticas.
Después de eso, todo lo que sigue, requiere un esfuerzo grande para mí. Generalmente, no bajo las fotografías inmediatamente; por eso trato de tener varias tarjetas de memoria.
Una vez que las bajo a la computadora, hago una preselección, borrando aquellas fotos que no sirven. Luego, hago una segunda selección de aquellas que quiero editar. Trabajo con Photoshop y guardo una copia en alta y otra en baja para web.
Me cuesta mucho eliminar fotos, porque cuando miro las imágenes después de un tiempo, me pasa que me gustan algunas fotos que en el momento de tomarlas, no me gustaban; así que guardo muchos archivos en varios discos externos.

¿Cuál es tu lugar en el mundo para realizar fotografías?
Nuestro país tiene lugares alucinantes; tenemos todo tipo de paisajes y una biodiversidad impresionante.
Hay muchos lugares del mundo adonde me gustaría ir, uno de ellos es África; pero creo que si agudizamos el sentido de observación, cualquier lugar nos regala miles de oportunidades de hacer hermosas fotografías, inclusive el jardín de casa.
A tu parecer, ¿qué hace que una fotografía sobresalga del resto?
La fotografía, como toda expresión artística, es muy subjetiva, asi como es subjetiva la apreciación de quien la observa.
Creo que son muchas las cosas que pueden hacer que sobresalga del resto, dependiendo de lo que busque el espectador.
Sin dudas que lo más importante es la sensación que provoca la imagen en quien la mira.
Puede ser la acción reflejada en la toma, la mirada artística puesta en ella, la historia que cuenta la imagen. En otros casos puede ser la especie retratada en sí misma.

¿Cuáles son los elementos que más te interesan al elegir un destino para ir a fotografiar?
Que sea un lugar donde abunden las aves; pero cualquier destino de naturaleza es interesante para mí.
¿Qué se necesita para dedicarse a esta rama de la fotografía?
Paciencia, mucha paciencia. Es algo fundamental. Uno necesita estar muchas horas en silencio, quieto, esperando el momento. Y la paciencia es primordial; y por supuesto, amor por el mundo natural. Que te guste la vida al aire libre, el sol, el viento, la lluvia, el frio, el calor; que no te importe embarrarte, mojarte.
¿Si sólo pudieras tomar una cámara y un lente para salir al campo, cuál sería?
La Canon 1Dx y el 500 mm f4.

¿Cuál es el tema que ahora conoces y que lamentas no haber sabido cuando comenzaste?
Permanentemente uno va cometiendo errores y aprendiendo de ellos, y es una parte fundamental del proceso de aprendizaje.
No podría nombrar algo que lamente no haber sabido cuando comencé.
Si se lo que me gustaría aprender y dominar, como el manejo de la técnica de iluminación con flashes, por ejemplo.; pero estoy convencida, que el camino del conocimiento y el aprendizaje en cualquier rubro, es permanente e infinito.
¿Cuál consideras que es el error más común cometido por los principiantes?
¿Cómo pueden corregirlo?.
Para mí el error más común, es querer salir a hacer fotografías sin conocer bien el funcionamiento de la cámara y eso puede ser altamente frustrante.
Lo principal es conocer y aprender a manejar muy bien tu herramienta de trabajo antes de salir al campo, para poder aprovechar al máximo cada situación que se presenta. No nos olvidemos que trabajamos con la naturaleza, y ella es imprevisible, por lo cual debemos estar bien preparados para disfrutar y sacarle el jugo a cada momento que nos regala.



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